En
un mundo donde los chicos no suelen ser alentados a innovar o tomar riesgos,
ideamos algunos puntos de partida para empezar a pensar en una educación para
la innovación
Investigaciones
recientes revelan lo riguroso que es crecer en esta década. No es nada fácil
ser un niño en estos tiempos. Ellos enfrentan exigencias escolares,
expectativas familiares, actividades extra-curriculares, competencias
deportivas, clubes de ciencias, compromisos sociales, etc… En ocasiones sus
“agendas” tienen más compromisos que las de sus padres, sumado a la pila de
tareas se encuentra la persecución de “logros”, generalmente académicos o
deportivos.
Muchos pedagogos y
expertos muestran su preocupación ante este paradigma que despoja a los niños
de su naturaleza creativa. Muchas veces se asocia la idea de estudiante
“exitoso” a aquel que logra buenos resultados en los test o exámenes, esto crea
una situación donde potencialmente tendrán en el futuro, diferentes
dificultades para ser innovadores en sus vidas personales.
Una investigación
reciente revela una problemática de la dinámica actual y dice que: “un niño
promedio hace 100 preguntas por día, pero al llegar a los 10/12 años admiten
que es más importante conseguir las respuestas correctas que seguir
haciendo preguntas inteligentes”
Nos preguntamos cómo
hacer para que los niños se sientan apoyados de manera tal que puedan alcanzar
el éxito siendo innovadores en sus vidas. Adherimos a que estas IDEAS o
principios pedagógicos son un buen punto de partida para implementar tanto en
el aula como en los hogares.
Jugar
La presencia del juego es
indispensable en la vida de un niño o una niña, esto es algo que se lee y
escucha con frecuencia. Cuando los maestros le otorgan cierto sentido
lúdico a sus propuestas, enmarcan allí las posibilidades de innovar que tiene
un niño/a, y mejora aún la situación, si se plantea el abordaje de los campos
del saber y el logro de objetivos mediante el juego, estableciendo conexiones
profundas entre el mundo interno infantil y los objetos de estudio.
Una de las cualidades
más importantes para que un maestro/a sea considerado/a exitoso/a es su
capacidad de transformar el aprendizaje en algo lúdico, divertido, interesante.
Cuando un niño/a siente que aprender es “muy serio” se vuelve temeroso de
arriesgar o de pensar creativamente, volcándose hacia un pensamiento cauteloso.
Curiosidad
Dentro de la escuela,
ya sea de nivel inicial o nivel primario, sería favorecedor que se plantee el
interrogante sobre si un niño/a pequeño/a puede ser innovador. Proponemos el
diseño de proyectos que alienten la innovación y el pensamiento creativo dentro
de las escuelas de todos los niveles.
“Es importante cambiar
de enfoque, elogiando y alentando a los niños/as si queremos promover un mayor
grado de innovación”.
“Las propuestas dentro
y fuera del aula deben permitir a los niños jugar y tener acceso a
elementos y materiales vinculados con la tecnología y comprometerlos en una
variedad de proyectos individuales y colectivos. Los dibujos de observación
desarrollan conciencia y atención en los detalles, por lo cual este tipo de
ejercicio genera mayor entendimiento y deseo de conocer más”
Pasión
Está demostrado que
las personas que son consideradas innovadoras muestran la capacidad de conectar
aquello que los apasiona con el éxito.
Los mejores
maestros/as y madres/padres suelen alentar aquellas pasiones y curiosidades
naturales de sus estudiantes o hijos, y suelen esforzarse en conectar lo que se
necesita saber para satisfacer esa curiosidad/pasión. Esto implica permitir al
niño/a diseñar sus propias investigaciones, desembocando en un propósito aún
mayor: la motivación e intereses individuales.
Propósitos
Tener un más amplio
sentido del propósito provoca la búsqueda de soluciones de forma más urgente.
Esto genera al futuro innovador un gran incentivo para tomar riesgos y buscar
nuevas metodologías para resolver asuntos desafiantes.
Los padres y los
maestros/as deben tomar conciencia sobre la importancia de crear elementos
diferenciadores, en lugar de buscar buenos rendimientos escolares.
Osadía
Debe alentarse la
intrepidez y la osadía de los niños/as, especialmente cuando se trata de asumir
riesgos y probar nuevas formas de hacer las cosas. De esta forma ellos se
volverán más creativos a la hora de resolver situaciones.
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