martes, 23 de febrero de 2016

Estimulación Visual Infantil







   
Espirales de colores sobre Mesa Lumínica MD
 La estimulación visual infantil enseña a aprender a ver mejor. Cuanto más se usa la visión, mayor es la probabilidad de un mejor funcionamiento visual. La idea motor de la estimulación visual es ayudar al niño a desarrollar todas sus capacidades físicas y emocionales.

     Desde el nacimiento, los niños utilizan la capacidad visual para conquistar progresivamente su entorno. El ojo les brinda las informaciones necesarias sobre el tamaño, las formas y los colores de los objetos y de las personas de su alrededor y de los movimientos que realizan. 

Espirales de colores superpuestos
     Los estímulos visuales que reciben les invitan a explorar el espacio, a mover el juguete y a sonreír a su madre cuando se acerca.

     Una buena visión también les ayuda a mejorar su coordinación ojo-mano cogiendo los objetos a su alcance o buscándolos con la mirada. Sus primeros pasos están facilitados por la visión, y la conquista del espacio y la salida al ambiente no familiar exigen una capacidad visual funcionando a pleno rendimiento.





Estimulación visual temprana en los bebés


     El niño con dificultades visuales debe aprender todo esto también, pero necesita una guía en el camino de este aprendizaje. Con una temprana estimulación de los procesos de aprendizaje visuales se puede conseguir esta meta y evitar que su deficiencia visual le pueda conducir a alteraciones en su personalidad porque la discapacidad visual también es multifuncional. Con la estimulación temprana de la viso-motricidad varía también la capacidad de pensar y con ello la oportunidad de tratar con las personas. Así se facilita la conducta social y la capacidad para afirmarse en grupo.

Espirales en CMYK. Efectos ópticos. Colores.

La agudeza visual evolutiva de los bebés

     El desarrollo de la agudeza visual es necesario para la evolución de la acomodación. La agudeza visual va mejorando hacia los tres meses y se acerca a los valores propios del adulto a los seis meses. Cuando a los dos años, el niño emplea su visión en tareas cada vez más complejas, se suele descubrir que hay un problema.

Aprender a ver mejor en la infancia

     La estimulación visual es una técnica que requiere la confección de un programa individualizado de actividades que siga una secuencia de experiencias visuales encaminadas a buscar una mejora en el funcionamiento visual. "La idea motor de la estimulación visual es aprender a ver", ha afirmado la doctora Barraga, pionera en el tratamiento educativo de la baja visión, "ya que la visión no se gasta ni se ahorra".

Diseño con círculos



Cómo estimular la visión del niño

Cuanto más se usa la visión, mayor es la probabilidad de un mejor funcionamiento visual. Por tanto, la estimulación visual tendrá más posibilidades de éxito, si se tienen en cuenta estas recomendaciones:
- Corta edad. Cuanto más pequeño es el niño o la niña, mayor es la probabilidad de un rápido progreso en el uso de la visión. 
- Motivación. Las niñas y los niños necesitan ser animados a usar su visión en todas las tareas y actividades para que puedan progresar. 
- Mantener el contacto. Enseñar al niño o a la niña de baja visión a trabajar manteniendo el contacto de los ojos con los objetos y especialmente con las personas. 
- Explorar. Estimular la exploración exterior en el patio de recreo o en las clases de educación física permitiendo las caídas normales ocasionadas por el mal cálculo de las distancias. Se debe evitar la sobreprotección. 
- Fomentar la lectura. Incluso cuando leen muy lentamente, moviendo la cabeza o el libro en lugar de los ojos. Si se cansan y se saltan líneas o pierden el hilo se puede cambiar de tarea a otra menos exigente desde el punto de vista visual. 
- Contrastes. El papel blanco y la tinta negra son los que proporcionan una máxima visibilidad y un mayor contraste. 

- Gafas y lupas. Favorecen el uso de la visión que posee una persona, pero no pueden devolver la visión normal.






Este artículo fue escrito por Marisol Nuevo para Guía Infantil.com




HERRAMIENTAS EDUCATIVAS

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lunes, 15 de febrero de 2016

   

Equipamiento y Mobiliario Escolar 

 Compartimos en esta oportunidad una entrevista publicada por el diario "El País" de España  a la diseñadora holandesa Rosan Bosch, quien apuesta al diseño de espacios como herramienta que acompaña el desarrollo de nuestra mente y nuestro cuerpo. 
Espacios diseñados por Bosch Studio

“El mobiliario sí importa en la escuela”
Rosan Bosch
La diseñadora holandesa Rosan Bosch está revolucionando los espacios educativos ligados a nuevas metodologías de enseñanza 

     Rosan Bosch (Utrecht, 1969) es uno de los rostros más visibles de la innovación educativa a través del diseño de nuevos espacios y mobiliario. Con más de una decena de colegios construidos en Dinamarca y Suecia (de ellos, nueve son públicos) o en ciudades como Abu Dabi, Bosch apuesta por la eliminación de las aulas con filas de pupitres mirando a una pizarra, por el derribo de los muros en las escuelas y por los espacios diáfanos en los que el niño decide dónde quiere aprender.
Salas para Kinder
Espacio lúdico diseñado por Roscher Studio
     Su máxima es que los estudiantes tomen decisiones desde el principio y escojan lo que más les interesa, porque en el mundo actual, según la propia diseñadora, “ya no vale trabajar bajo las directrices de un jefe; el mercado demanda perfiles que sepan pensar de forma independiente y tomar la iniciativa sin miedo a equivocarse".
      Bosch estudió en un colegio Montessori, un método desarrollado a principios del siglo XX por la doctora italiana Maria Montessori basado en la idea de que los más pequeños aprenden de forma natural si se les permite seguir sus instintos. Pero su interés por la innovación educativa no le viene de ahí, sino de la desmotivación con la que sus propios hijos volvían de la escuela.

Pregunta. ¿Cómo puede influir el diseño en la forma de aprender?
Respuesta. Tal y como están concebidas las aulas, los niños llegan a clase, se sientan en un silla y se limitan a escuchar y a hacer lo que les dice el profesor. Es antinatural tener a estudiantes tan pequeños inmóviles en sus pupitres sin la posibilidad de desplazarse libremente y encontrar el entorno en el que se sientan más cómodos. Los seres humanos somos diferentes y nuestro cerebro funciona de forma distinta. Hay niños que necesitan total tranquilidad para procesar nueva información y otros que lo hacen mejor de forma colaborativa. La escuela moderna tiene que adaptarse a esa realidad y el diseño del espacio puede cambiar el modo de pensar, funcionar y reaccionar. Este tipo de estructuras más flexibles incentivan al niño a tomar sus propias decisiones. No se trata de poner ruedas a las sillas y a las mesas, sino de permitir la libertad de movimiento de los chicos. Es muy difícil cambiar la mentalidad de la comunidad educativa, y el espacio físico ayuda porque crea una nueva realidad.

Zona infantil en el Liceo Europa



Colegios públicos suecos diseñados por Rosan Bosch Studio



P. Se habrá encontrado con detractores que piensen que dejar al niño decidir puede perjudicar su disciplina.
 R. Los niños no son animales salvajes que necesiten reglas rígidas. Una vez que les explicas que disponen de diferentes estancias para la lectura en solitario, para el debate, para el trabajo en grupo y también para escuchar las lecciones del profesor, lo entienden perfectamente y se adaptan. El formato del niño fijo en una mesa tiene mucho que ver con la disciplina y poco con el aprendizaje. El sistema tradicional les entrena para escuchar largos discursos sin aburrirse, y eso resulta imposible hasta para un adulto, que no aguanta más de 20 minutos de charla sin desconectar. Esos niños van a vivir en una sociedad totalmente diferente. Las nuevas generaciones tendrán que adaptarse a trabajos que aún no existen y detectar sus carencias. Se necesita gente que de forma independiente pueda aprender nuevas habilidades y conocimientos. Ser pasivo y actuar solo bajo las directrices de terceros ya no funciona.
P. ¿Por qué cree que es prioritario un espacio que favorezca el trabajo en equipo?
R. El mundo se ha vuelto global. Ahora se trabaja con personas de diferentes culturas. Mis reuniones de trabajo, por ejemplo, son a través de plataformasonline con colaboradores en Dubái oMichigan. En los exámenes de la escuela no se mide el liderazgo, ni la capacidad de aprender por uno mismo o las fórmulas para colaborar de la mejor forma posible. Tampoco cómo buscar información y contrastarla o saber concentrarse cuando hay muchas distracciones. Todo eso no se evalúa en el colegio y son capacidades básicas en el mundo real.
En España, es especialmente difícil innovar porque la gente tiene miedo al cambio. Cuando llegan arquitectos o diseñadores españoles a mi estudio, necesitan un par de meses para entender nuestra dinámica de trabajo. Ellos esperan recibir instrucciones y quieren un feedback continuo para saber si van por el buen camino. Eso a mi no me vale, yo quiero gente proactiva que marque sus propias líneas de trabajo sin necesidad de una supervisión continua.






P. Después de más de diez años dedicada a las galerías de arte, ¿cómo dio el giro hacia la educación?
R. Cuando mis dos hijos comenzaron la escuela estaban deseando aprender, todo les generaba curiosidad. Poco a poco, cada vez volvían a casa más desmotivados, hablaban de la escuela como un lugar aburrido y solo les contentaba planear qué harían en su tiempo libre. Fui a hablar con la profesora y me dijo que lo sentía pero que estaba sola con 30 niños y que no disponía de más recursos. Me explicó que había niños que seguían la clase y otros que se distraían. En ese momento ya me había dado cuenta del diseño y su poder de seducción, así que decidí emplearlo en la educación. Empecé a trabajar con pedagogos, profesores y padres. El proyecto de transformación tenía que ser integral.
P. ¿Cuál fue la primera escuela con la que trabajó?
R. Fue en el año 2006 en un colegio de Gentofte, un pueblo cercano a Copenhague. El ayuntamiento puso en marcha en 1999 un proyecto para transformar doce escuelas públicas y yo me encargué posteriormente de una de ellas, la Hellerup School. Durante tres semanas nos colamos en las aulas para ver la forma de trabajar y de moverse de los alumnos y profesores y detectamos que el problema principal era la rigidez del espacio. Permitimos a los niños sentarse en el suelo y trabajar a la luz de una lámpara, colocar post it con sus ideas debajo de las mesas o leer en solitario en tubos circulares. Los profesores, que al principio se mostraban reacios, se dieron cuenta de la importancia de contar con diferentes espacios para la concentración o la colaboración entre los niños y ahí jugaba un papel esencial el mobiliario y su distribución en el aula.

Patio de juegos. Dubai. 

P. ¿Le resultó complicado contar con la colaboración de los profesores?
R. Todo cambio resulta doloroso y al principio todo parecía abocar a la catástrofe. Para que los profesores se sientan cómodos, tienes que trabajar con ellos, y cuando empiezan a ver los resultados, son los primeros en entusiasmarse. Estamos acostumbrados a pensar que los profesores no se reciclan, que durante toda su trayectoria manejan los mismos contenidos y no tienen necesidad de actualizarse, algo que no sucede con otras profesiones como los médicos. Ha llegado el momento de remover los cimientos de la educación, tenemos que ser justos con lo que los niños merecen.


Espacio de lectura

En el caso de este colegio, los resultados fueron excelentes, los niños venían entusiasmados a clase con ganas de explorar las nuevas formas de aprendizaje; las filas de pupitres habían desaparecido. La transformación del espacio físico es el primer paso para poder cambiar la metodología de enseñanza y para que todo esto suceda hace falta la colaboración de los profesores.
P. Las fotos de sus escuelas denotan grandes inversiones económicas. ¿Qué le diría a los colegios que quieren cambiar pero no disponen de tantos recursos?
R. El objetivo no es crear espacios bonitos, sino que contribuyan al cambio. Se pueden hacer proyectos low cost encargando mobiliario a carpinteros locales. No hay un fórmula única, cada escuela tiene que trabajar para encontrar la suya.
P. ¿En qué otros proyectos de innovación educativa ha participado?
R. Fui asesora en el proyecto Building Schools for the Future, impulsado en el año 2000 por el Gobierno británico para remodelar todas las escuelas de secundaria del país antes de 2020. Fue muy enriquecedor participar en coloquios con expertos de diferentes partes del mundo, pero la parte negativa fue la desilusión que generó en el profesorado la paralización del proyecto como consecuencia de la crisis en 2010.
 En otros países como Estados Unidos, los proyectos en los que participa Rosan no debaten sobre la conveniencia de que los niños permanezcan sentados o no. Allí las discusiones están ya en otro nivel. Es el caso del colegio Academy for Global Citizanship en Chicago, donde están desarrollando un programa en el que los niños deben pasar el 25% de su horario escolar fuera de la escuela para estar en contacto con el mundo real. “Tienen que pagar en comercios y calcular las vueltas o conocer cómo funcionan los mercados de alimentos. Aprender a desenvolverse desde pequeños”, explica Rosan. Las paredes y los techos del edificio serán de cristal, para saber si llueve o no o si las temporadas de calor se extienden más de la cuenta. Es un centro educativo sostenible donde los niños tienen que ser conscientes de lo que le pasa al planeta.

Bosch Studio


 Rosan Bosch inauguró la pasada semana su primer trabajo en España, una nueva estancia para los niños de tres a seis años en el colegio privado Liceo Europa de Zaragoza. En los próximos meses tiene previsto abrir un nuevo estudio en Madrid.








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